¿Estás pensando en nadar con los lentes de contacto puestos? ¡No lo hagas!

La Asociación de Optometristas de Estados Unidos (American Optometric Association -AOA)y la FDA de EE.UU. recomiendan no sumergirse en el agua con los lentes de contacto puestos. Esto incluye bañarse en un lago, mar, alberca, jacuzzi o incluso la ducha.

¿Por qué? El agua puede contener muchas amenazas invisibles para nuestros ojos. Los lentes de contacto podrían entrar en contacto con estos microorganismos y producirle efectos perjudiciales.

Una de estas amenazas es la queratitis por Acanthamoeba. Las especies de Acanthamoeba son organismos microscópicos ubicuos que se encuentran en el suelo y en agua dulce. “Queratitis” significa inflamación de la córnea.

Según la AOA, la Acanthamoeba pocas veces causa infecciones. Sin embargo, cuando la queratitis por Acanthamoeba ataca, las consecuencias pueden ser extremadamente graves e incluso poner en riesgo la visión.*

Entre los síntomas enumerados por la AOA se incluyen:

  • Infección ocular con ojos rojos y dolorosos.
  • Visión borrosa con sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y sensibilidad a la luz.
  • Periodo inusualmente largo de ojos rojos e irritados, incluso después de quitarse los lentes de contacto.

Los organismos como la Acanthamoeba normalmente se eliminan al lavarnos los ojos cuando no se utilizan lentes de contacto. Pero, aunque no llevemos lentes de contacto, también pueden infectarnos.

Evita utilizar agua corriente para enjuagar o guardar los lentes de contacto.

Hay un motivo por el que tenemos que limpiar y desinfectar los lentes de contacto que nos quitamos para ponérnoslos de nuevo utilizando los productos adecuados recomendados por el especialista: esto ayuda a eliminar los microorganismos y a mantener los ojos sanos.

Para obtener los mejores resultados, utiliza el método de “frotar y enjuagar”, aunque en la solución se indique que “no es necesario frotar”.

Los lentes de contacto desechables diarios pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir infecciones oculares. Pero ten en cuenta que su uso no elimina por completo el riesgo de sufrir una infección. Sin embargo, llevar lentes desechables diarios también te ayudará de otras formas, como el hecho de no tener que realizar las rutinas de limpieza diarias y contar con la seguridad de utilizar unos lentes nuevos y limpios cada día.

Sigue siempre las recomendaciones del especialista respecto del uso y de la limpieza de los lentes de contacto. No intentes ahorrar dinero rellenando envases de solución antiguos con contenido de otro nuevo.

La AOA también recomienda cambiar el estuche portalentes cada tres meses o menos. Manten el estuche alejado del baño y déjalo abierto para que se seque entre una limpieza y otra.

Tener buenos hábitos de limpieza es parte importante del uso de los lentes de contacto.

Consulta a tu especialista de la visión sobre las indicaciones para el mantenimiento de los lentes de contacto.

El optometrista puede hacer mucho más que simplemente graduar tus los lentes nuevos.

No dudes en preguntarle por cualquier duda que tengas sobre las instrucciones de uso de los lentes de contacto en caso de que no hayas entendido algo de lo que el doctor te explicó. Y, si sientes cualquier tipo de dolor en los ojos, ya sea que uses lentes de contacto o no, ponte en contacto inmediatamente con un médico.

Solo tenemos dos ojos. Es importante que los cuidemos.

Nada de lo publicado en este artículo constituye un consejo médico ni pretende sustituir las recomendaciones de un profesional de la medicina. Si tiene preguntas específicas, consulte a su profesional de la visión.
* La Asociación de Optometristas de Estados Unidos (American Optometric Association)
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